3 mar 2011

Fragmentos luminosos X


Artética de lo monstruoso

Pintar es la tarea que permite al ser humano alcanzar la luz. La biografía impone en ciertas ocasiones el dolor. Dolor que se manifiesta de diferentes formas, y que, acumulado con el tiempo, crea los miedos, inseguridades, y las visiones reduccionistas que alcanza a tener un ser humano adulto vivido.
La pintura es un lenguaje que une de una manera más inmediata el sentimiento y el lenguaje. La palabra pasa por el concepto. El concepto se halla en la Razón. Y la Razón poco entiende de los sentimientos. Sin embargo, el trazo, en tanto que no está mediado por gramáticas, verbos, adjetivos, adverbios, conjugaciones y demás variaciones de una lógica racional, acaba vertiendo, desde su inmediatez, ese sentimiento que alberga el ser humano dentro.
Cuando el sentimiento alcanza esa vía de expresión, se convierte en un flujo de energía que se desplaza desde la introversión a la extroversión. Así, desde el momento en que el sentimiento tiene cuerpo de óleo, ya no habita más dentro, sino en un lienzo.
Pintar desde el dolor, significa hacer salir el dolor. Mostrar la puerta de despedida al dolor, significa acabar con la sombra momentánea del corazón.
No acumular oscuridades. Tal es la tarea de la pintura monstruosa. La pintura desde la sombra, crea al ser humano luminoso. El ser humano luminoso crece con la verdad del espíritu libre.

3 comentarios:

Julia Gallego i Pérez dijo...

No podrías haberlo descrito mejor. Dibujar, pintar... ¡Qué gran sensación!

KB.

NSN dijo...

Katanita, un día habrás crecido tanto por dentro, que relevarás a tu maestra en el arte de la pintura.

Julia Gallego i Pérez dijo...

Además de esperarlo, lucho por ello cada día, es un gran honor.

PD: Aunque no públicamente, soy tu seguidora nº1, que lo sepas. ;)

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