
En el Caixa Forum de Barcelona, hasta el día 27 de abril, podemos disfrutar de la primera exposición realizada a la figura de Charles Chaplin y su Charlot en España.
Pocas exposiciones se dedican al séptimo arte, sin embargo resultaba ya necesario abrirnos al universo de una persona que, a través de un personaje, marcó la historia social de comienzos del siglo XX. Charlot, vagabundo por naturaleza, heredero de la condición de la mayor parte de la población en la época, se convirtió en un modelo irónico-humorístico a la moda para la mayor parte de los ciudadanos de una Europa en entre guerras en la que la pobreza y el hambre hablaban de aquel día a día. Así es como podemos observar en la exposición, entre las cuestiones dedicadas a la evolución del personaje, un espacio que nos muestra cuál fue la recepción por parte del público. Una llamada a la sonrisa sea cual sea la condición de la que se parta y a la que se pueda llegar.
Sala por sala, con trozos de películas, o mostrando algunos de los cortos de las primeras épocas, podemos observar cómo Charlot fue pasando de ser un vagabundo malhumorado que se divertía haciendo rabiar a la gente, a ser un vagabundo bondadoso y enamoradizo que paseaba por el mundo tratando de mejorarlo con cada uno de los pequeños actos.
Y esta evolución puede verse asociada a la evolución misma del séptimo arte, en el paso del cine mudo al cine sonoro, así como al cambio de una época que llevó, en su tono de crítica y revolución, a Charlot incluso a convertirse en la figura esperpéntica de un Hitler ridículo en sus conceptos y actitudes, o a un alienado proletario trabajador de una fábrica moderna.
Un paseo por las salas que nos abre de una manera brillante la perspectiva del arte encuadrado en su contexto.