Santuario de Belén
En el atardecer la Mancha se torna baño de tierra. Raíces, bellotas, el reflejo incandescente del sol en cada mineral. Es como un baile místico de ausencias. En él cada recuerdo cabe. La raíz ancla, ordena, remite al lugar de donde venimos y al que nos dirigimos. El día que muera, entiérrenme bajo ese árbol manchego.
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