¡Quién tuviera ahora una madre!
Quién la tuviera para poder acurrucarme en su regazo mientras muere el virus. ¡Quién tuviera ahora una madre! La que nunca te pregunta, la que no mira tu estado, la que siempre te besa, te acaricia y te ve hermosa. Hijas del mundo, disfrutad de vuestras madres, porque nunca encontraréis a nadie que os quiera de forma tan incondicional e imperecedera.
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