La tristeza
Es como un mar que inunda, encoge, evoca. Y llega, fuerte, potente, imbatible, como cañones marinos de grandeza. Normalmente el ego intenta combatirla. Nadie quiere parecer frágil. Sin embargo, cuando el amor es tan grande, ella cala, arrulla, solloza... Y nos dejamos navegar hasta donde decida llevarnos.
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