3 oct 2006

La claridad


Me sorprende leer las propias palabras en el blog desde hace tan poco tiempo. Y sin embargo ha pasado tanto en el interior. Agustín de Hipona ya hablaba de la subjetividad del mismo. No sé quién vuelve a ser quién, o si uno vuelve a ser el mismo. La mitad de las cosas se sienten lejanas cuando uno trata de olvidar en la vida lo que no le es dado.
A veces adquiere tan poco sentido el hecho de pensar lo que no se posee desde el lugar tan privilegiado en el que vivimos.
Y sin embargo el deseo asola las noches de un octubre caluroso. Y sin embargo este deseo adquiere la forma cada vez más cercana de resultar ser tan sólo deseo.
Quizás Yemen fue un sueño, a veces una gran pesadilla, cuando tras los bastidores se derramaban algunas lágrimas de amor. No puedo recordar como propio lo que allá viví. Aquel jardín desaparece poco a poco, las voces, las imágenes, y, con ello, esos deseos.
La realidad está en otra parte. Tan sólo es posible lo que sabemos cómo reinterpretarlo con la distancia, con el tiempo.

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