Un día como hoy en 1921 nació Betty Friedan, feminista judía estadounidense que escribió un libro de gran importancia y vigencia hoy día: Mística de la feminidad. En él se pregunta Friedan cómo es posible que en EEUU, habiendo conquistado ya para la mujer derechos importantes como el derecho al voto, siga existiendo desigualdad sobre todo en el ámbito del acceso laboral a puestos de trabajo que impliquen un necesidad de progreso dentro del trabajo o puestos de liderazgo. Para Friedan, la base de la desigualdad vigente está en que existe todo un discurso sobre la mística de la feminidad, de lo que es ser mujer, de cuáles son sus funciones sociales (cuidadora...), que vierten un concepto de mujer que condiciona el ser mujer a ese nivel laboral.
Pregúntense cuánto hemos cambiado desde la época de los '60 en la que Friedan escribía esto hasta hoy día. El mismo concepto de lo que significa ser mujer -y por ende de lo que significa ser hombre- nos ciñe cual señuelo a un corsé que nos retira desde el inconsciente social de ciertos ámbitos de la vida social y laboral.
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