El camino del romántico se basa en un recorrido humanitario, político, social. Lo que en un principio se piensa como individuo y sus sentimientos de malestar ante lo social, termina metamorfoseándose en una pregunta sobre las formas justas de pensar la nueva sociedad desde el individuo. Es el camino de la renuncia al Amor por el Arte de Jules en L'Éducation sentimentale de Flaubert, es el cuestionarse en el Arte cómo son los otros mundos, exóticos, orientales, es el imaginárselos en un primer estadio, que, cuando llevan al romántico a vivirlos en su propia piel, precipitan el ámbito de lo político en sus inquietudes llevándolo a adentrarse en la tensión de la revolución.
Todo en el romántico es como en el beduino, desde el Amor, hasta el Arte o la Revolución, pasional e incendiario, moviéndose de unos extremos a otros, siendo capaz de dar la vida y más en pos del Amor, las Artes y las Ideas.
2 comentarios:
Como esos héroes que pululan a diario, machaconamente, insistiendo con su presencia en enseñar, en curar, en transportar, en facilitar y posibilitar la vida del otro, de los otros... Esos "egoistas" que trabajan por dinero... dinero que gastan, además, en los suyos, que son otros más... Y aún les sobra materia y energia acumulada para regalar al resto de la humanidad futura. Nacen desnudos, si, mueren desnudos... pero mientras tanto han construido esperanzas para niños desconocidos. Trabajadores se llaman se llaman esos tipos.
Esos héroes son tantos en la sociedad, Ma, y los románticos son unos de entre ellos. Quizás todos, o casi todos seamos esos héroes en la medida de las circunstancias.
Mil gracias.
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