21 jun 2016

Fragmentos utópicos XIX



Míralos

Míralos, todos ahí. Adultos adocenados compartiendo sus vidas con palabras insustanciales. Y así pasa su tiempo. Evitando mirar el fondo: el fondo de la vida, el fondo de cada persona. No se conocen. Sólo buscan entre ellos ese instante en el que desperdiciarse. Como si fuera la droga de la banalidad la que recoge el mono de no ser ellos mismos, de no mirar al otro. Se llaman amigos. Forman grupos gregarios de realización, pero no saben ni quiénes son ellos mismos. Porque nunca dedicaron un espacio, un tiempo a pensar. Y así pasa su vida. Decreciendo como personas, justificando comportamientos inhumanos. Y de ahí, perdónenme, nacen los totalitarismos. Ellos viven en cada rincón gregario de la vida cotidiana. En los casos más afortunados, su podredumbre humana ni trasciende ni salpica a otros.