15 feb 2020

El camino hacia la libertad


El camino hacia la libertad

En ocasiones en la vida, cuando una se sienta consigo misma, comienza a hacer cosas que en principio no tienen sentido y que más tarde lo irán adquiriendo. Pensar construye, y, en ocasiones, para construir resulta necesario destruir.
Quizás una comienza a dejarlo todo. Aquello que resultaba consuetudinario se convierte en algo accesorio. Se trata de anclarse tan solo a los puntos auténticos de nuestra vida, los que nos hacen ser quienes somos.
Una lucha de cuarentona incipiente puede ser la del camino a la libertad. Liberarse de aquellos alimentos que nos hacen daño, de toda sustancia tóxica que falsamente nos inspira relajación. Liberarse de relaciones basadas en la defensa, la competición y el odio. Liberarse de los miedos, a compartir casa, a ceder tu espacio, a conocer gente auténtica que nos valore como somos, a entregarnos. Liberarse del yugo de un trabajo insatisfactorio. Y, sobre todo, liberarse del orgullo y del ego. Liberarse del miedo a pedir perdón. Todas estas quizás estén siendo mis conquistas últimamente. Me siento muy vacía. No me conozco. Sin embargo, me siento libre, cada día más auténtica, más en concordancia con mi ser. ¿Qué será de todo esto? No lo sé. Lo único que conozco es esa hermosa sensación de vibrar con el ser, sin dependencias que lo consuelen. Lo único que sé es que están entrando poco a poco personas sanas en mi vida. Gracias, vida. 

1 feb 2020

Gracias


Gracias

Cada persona, cada cosa, cada experiencia llega para enseñarnos algo en esta vida. Y tú llegaste y me hice mujer. Mujer porque me abrí a una madurez empática. Mujer del diálogo. Mujer que confronta al ego. Mujer que asume la conciencia de haber sido demasiado exigente y no tan solo exigida.
Lástima que toda esta conciencia llegó demasiado tarde como para seguir compartiendo un camino de la vida distinto a tu lado.
Sin embargo, triunfa la bienaventuranza de saber que me hiciste mujer. Gracias.