Capicúa - Picacua
Llega la noche inundada de peces flamencos. Llega el bramido del instinto de sal. El ser-en-tu-sangre de caricias de páncreas. Llega el silencio de los días meditándote el paisaje de ojos. El silencio. El silencio. El silencio vive la realidad-sueño.
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