18 jul 2014

Fragmentos mamíferos XXIX


Eros

Llegan, a veces, las ocasiones en las que Eros vence. Son momentos de compresión del espacio y del tiempo. Es como una melancolía esencial que desea tener tan presente a alguien que se torna fuego. Y ese fuego abrasa. Son como restos fantasmas de amor adolescente. Su origen no es considerar al otro en sí mismo, sino satisfacer el propio deseo. Por eso cabe cegarse a ellos, porque Eros es capaz de amar a cualquier persona, ya que no ama a nadie más que su propio deseo.

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