6 oct 2019

Jardineros


En esta vida, en las relaciones con los otros, somos como jardineros. El amor, la amistad, el parentesco, acaban por pervivir si existe un cuidado constante. 
Sin embargo, no todos los tipos de jardín ni jardineros llevan a que florezcan esas relaciones.
Recuerdo aquellas clases de estudio del jardín inglés en comparación con el jardín francés. Si caminamos por algún sitio verde de Londres que no haya crecido de forma natural, sino que haya sido puesto por el ser humano, nos damos cuenta de que las plantas que en él viven tienen algo de salvaje. En el jardín inglés no existe la obsesión de podar y en cierta medida poseer la planta para que crezca según el orden predeterminado que está en la cabeza de quien cuida el jardín. Los árboles, así, pueden hacer crecer sus ramas hacia donde su naturaleza les vaya guiando.
Sin embargo, si caminamos por cualquier jardín de París, nos damos cuenta de la geometría de cada árbol. En él no se permite que nada crezca fuera de "su sitio". 
Ambos son hermosos. Cada cual a su manera.
Sin embargo, en las relaciones con las personas, como no existe una dirección única de cuidado, sino que hay una reciprocidad, quienes se empeñan en utilizar las técnicas del jardín francés se acaban equivocando. Y es que a nadie en esta vida le gusta que le ordenen, le dominen y lo sometan a los designios de otro, que tiene una naturaleza diferente. Desde los bioritmos diversos de cada cual, hasta los conceptos tan básicos como expulsar gases frente al otro, todo nos hace en su conjunto únicos.
Todos anhelamos amor, socialización, sin embargo, lo queremos desde el respeto mutuo.
La gran neurosis de ciertas relaciones interpersonales pienso que viene de ahí. De tratar de hacer de jardineros franceses con seres humanos libres. 
Dependiendo del grado de relación con la persona podemos enviarla más o menos fácilmente a paseo al sentirnos podados. Quiero decir, es más difícil distanciar la relación con una madre que con una amiga, por ejemplo. Sin embargo, todos los adultos antes o después nos rebelamos siempre contra quien nos pretende imponer criterios y domesticar. 

No hay comentarios: