Hay épocas de la vida en las que uno tiene la sensación de estar volando, quizás por las emociones vividas, quizás porque la realidad se mezcla con el sueño y los deseos. Nada mejor que pasar estas temporadas acompañados de una biografía de una gran mujer que cruzó las alturas como aviadora: Harriet Quimby.
Ella, de profesión periodista, y con un único sueño, el de conseguir ser piloto, logró sentirse realizada. En 1911, tras pasar un examen especialmente complejo, se convirtió en la primera mujer en obtener el certificado de aviadora en los EEUU. Sus logros no comenzaron por ahí, sino que fue capaz, con su empeño, de convertirse a su vez en la primera mujer en atravesar el Canal de la Mancha.
Y como ocurre con los grandes amores tan fugaces, su pasión la llevó a una muerte catártica. En 1912, mientras volaba en el Tercer Encuentro Anual de Aviacón en Boston se estrelló su máquina por razones aún hoy desconocidas. Un mito que quedará en nuestras memorias.
Ella, de profesión periodista, y con un único sueño, el de conseguir ser piloto, logró sentirse realizada. En 1911, tras pasar un examen especialmente complejo, se convirtió en la primera mujer en obtener el certificado de aviadora en los EEUU. Sus logros no comenzaron por ahí, sino que fue capaz, con su empeño, de convertirse a su vez en la primera mujer en atravesar el Canal de la Mancha.
Y como ocurre con los grandes amores tan fugaces, su pasión la llevó a una muerte catártica. En 1912, mientras volaba en el Tercer Encuentro Anual de Aviacón en Boston se estrelló su máquina por razones aún hoy desconocidas. Un mito que quedará en nuestras memorias.
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