Un brindis por las personas bondadosas con personalidad
Siempre me ha gustado rodearme de gente con mucha personalidad y muy bondadosa. La verdad es que en esa cuestión soy muy radical. Las personas anodinas que siguen como soldados u ovejas los parámetros establecidos por el sistema me atraen tan poco que con ellas nunca he sido capaz de establecer más que relaciones de compañerismo y cortesía. Lo mismo me ocurre con las malas personas. Me apasiona la gente atravesada por su identidad, que toma partido por las cosas y construye cada acto de su vida a su manera y con generosidad, incluso los actos más comunes. Sí, suelen ser personas complicadas en ocasiones, por su complejidad. Y con algunas de ellas de tal complejidad personal a la larga una amistad o relación resulta imposible. Pero incluso las que desaparecen aportan cosas muy positivas, aprendizajes, experiencia, en suma, te enseñan.
Qué no decir de las que siguen el camino junto a una, que son el mayor regalo de la vida.
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