2 mar 2013

Fragmentos geosféricos LX

 
Dos raíces en un cuerpo

Ahí habitas. En el silencio interrumpido por una digestión. En el calor difuso de un cuerpo en llamas. No sé quién eres. No sé cómo eres. No alcanzo a saber tu nombre. Sin embargo, nos amamos. Y nos amamos de una forma única. Una forma muy enraizada. Porque tú acoges cada alegría o tristeza mía con torrentes de hormonas en tu sangre. Porque tú bebes de mi cuerpo y eres mi cuerpo. Sin embargo, eres distinto a mí. Y yo acojo tus arrebatos de cansancio con sueño profundo. Tus hambres para crecer con comida y las pequeñas náuseas en la mañana con vómitos y secrecciones de hormonas en mi sangre. Por eso nos amamos. Porque estamos tan unidos, que habitamos un mismo cuerpo.

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