7 abr 2008

Gabriela Mistral


Un día como hoy, en 1889, nació una gran poetisa, Gabriela Mistral. De origen chileno y de corazón cosmopolita, ella fue la primera mujer que recibió, en 1945, un premio Nóbel en esa categoría.
Gabriela, desgarrando los corazones con la verdad de una realidad que atraviesa la historia, luchó fundamentalmente, con ese sentimiento tan poderoso, por la cuestión y el destino de Chile, que hacía referencia a su vez a los de Hispanoamérica. Gabriela, aparte de ser una gran poetisa de los corazones, insertó su reflexión en un campo más amplio que el del individuo: la sociedad. El sentimiento de un sujeto, sea placentero o dolorido, sirve a la polis, porque procede de ella. Y no es más visionario que aquél que es capaz de convertir su voz interna del pensamiento en un grito de Antígona. Así, Gabriela Mistral se hace mujer hacedora de lo social en su contexto. El Poema de Chile, su última obra escrita y que quedó incompleta, refleja cómo el final de su vida se convierte en un lugar de la reivindicación común. Es en él donde los personajes, insertados en un viaje, en un recorrido por Chile, dialogan sobre cuestiones que tienen que ver con la religión, con la cuestión de género, con la naturaleza, con la situación política del colonialismo y los indígenas.
Aquí les dejo con sus propias palabras, que llenan y lo dicen todo. Si quieren más información:
http://www.gabrielamistral.uchile.cl/

DESPEDIDA

Ya me voy porque me llama
un silbo que es de mi Dueño,
llama con una inefable
punzada de rayo recto:
dulce-agudo es el llamado
que al partir le conocemos.

Yo bajé para salvar
a mi niño atacameño
y por andarme la Gea
que me crió contra el pecho
y acordarme, volteándola,
su trinidad de elementos.
Sentí el aire, palpé el agua
y la Tierra. Y ya regreso.

El ciervo y el viento van
a llevarte como arrieros,
como flechas apuntadas,
rápido, íntegro, ileso,
indiecito de Atacama,
más sabe que el blanco ciego,
y hasta dormido te llevan
tus pies de quechua andariego,
el Espíritu del aire,
el del metal, el del viento,
la Tierra Mama, el pedrisco,
el duende de los viñedos,
la viuda de las cañadas
y la amistad de los muertos.
Te ayudé a saltar las zanjas
y a esquivar hondones hueros.

Ya me llama el que es mi Dueño...

Poema de Chile.

2 comentarios:

Tucuman 846 dijo...

Hacía tiempo que no recordaba a Gabriela..., es una grato reencuentro; desempolvaré mi querida edición de "Ternura" y pensaré en utilizar sus textos para mis clases.

Saludos

Unknown dijo...

Me alegra que este post te haya traído a Gabriela Mistral de nuevo a la mente. Y ojalá la utilices para tus clases, porque sería una opción magnífica. ¿De qué eres profesor? Tengo curiosidad. Supongo que de lengua castellana y literatura, también por las cosas que cuentas en tu blog sobre lo que escriben en los exámenes los alumnos.