20 jun 2008

Ernestina de Champourcin


Hace escasos meses se publicó, con introducción de Jaime Siles en la colección Obra Fundamental de las ediciones de la Fundación del Banco Santander un libro espléndido, Poesía esencial, que hace un recorrido por la obra de esta gran poetisa olvidada en la recepción literaria de la generación del '27.
Ernestina de Champourcin, teniendo la inspiración de la Belleza de matiz platónico como meta de sus versos, deleita a la mirada en cada recorrido por sus líneas, abogando por una posibilidad para ese arte bello, incluso más allá o transcurriendo en la historia, en la biografía, a través de una guerra civil y un paso de un gobierno republicano -en el que a algunas mujeres estaba permitido cultivarse- a un gobierno dictatorial -en el que las mujeres vuelven a su rol tradicional.
Este tipo de empresas son las que nos van resucitando o reconstruyendo la historia. La recepción de la misma se hace desde los parámetros de la sociedad que recibe, que bien puede no mirar donde no le convenga, no reseñar lo que no pertenezca a sus preceptos morales. Afortunadamente, en la sociedad de hoy, y con el empeño de personas, quizás sin nombre, se apuesta firmemente por rescatar y reconocer la tarea de mujeres pensadoras que también han ido contribuyendo al devenir y a la Historia.
Aquí les dejo, sin más, con un poema de Ernestina de Champourcin.

LIBERTAD

Tu claridad se hizo pedazos.
Un vuelo de cristal roto
me pinchaba la garganta.

¡Por encima de mi grito,

con qué limpia desnudez

se evadieron las palabras!

Frías puntas descarnaron

la verdad.
Embriaguez torturada,
rectitud de mi voz nueva,
al sentirse una, sola,

viéndose al fin despojada.


Cantaré gozosa, herida,

las canciones de mi alba
.

Del poemario La voz en el viento (1931)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece Ernestina de Champourcin, una mujer poeta de la generación del 27, de una esquisita sensibilidad, ardiente y espiritual: "Despójame del ansia desmedida que abrasaba mi espíritu...".

NSN dijo...

Búscame en ti. La flecha de mi vida
ha clavdo sus rumbos en tu pecho
y esquivo entre tus brazos el acecho
de las cien rutas que mi paso olvida.

Despójame del ansia desmedida
que abrasaba mi espíritu en barbecho.
El roce de tus manos ha deshecho
la audacia de mi frente envanecida.


Navegaré en tus pulsos.Dicha inerte
del silencio total. Ávida muerte
donde renacen, tuyos, mis sentidos.

Ahora entre tus labios mi tristeza,
y esta inquietud punzante que ya/
empieza
a taladrar mi sien con sus latidos.