Aquí les presento el Decálogo del Esquirol Docente, elaborado por la Asamblea de Profesores del IES Arturo Soria:
DECÁLOGO DEL ESQUIROL DOCENTE
1. No hago huelga porque económicamente no me lo puedo permitir.
No puedo permitirme que me descuenten ochenta euros,
entendedlo. Yo y toda mi familia pasamos tanta hambre que el sueldo de
un día nos resulta mucho más imprescindible que plantarnos ante una
pérdida de derechos histórica; el sueldo de un día es más importante que
exigir que nuestros propios alumnos no se vean hacinados en grupos de
más de cuarenta; que no puedan ir a la universidad porque sus familias
no puedan pagar una subida astronómica de tasas; más importante que se
cercenen nuestros derechos laborales como empleados públicos o que se despida a 40.000 profesores, compañeros nuestros.
2. No hago huelga porque las huelgas no sirven para nada.
Las huelgas no sirven para nada, porque como todos sabemos la
huelga educativa de 1987 jamás existió. Nunca, a consecuencia de esta
huelga, dimitió un Ministro de Educación ni se retiró un proyecto de
Estatuto Docente del Profesorado. Todos los derechos de que disfrutamos
actualmente nos los echó por la chimenea Santa Claus, esto es un hecho.
3. No hago huelga porque yo estoy a favor de otros modelos de protesta.
No hago esta huelga pese a que es una huelga histórica y
general para todas las etapas educativas desde infantil a la universidad
en todos los rincones del estado porque yo prefiero una huelga a la
japonesa, o no firmar actas, o no hacer exámenes, o dar un aprobado
general, o hacer una huelga indefinida, o una manifestación al mes… pero
que nadie se entere de que todas estas cosas son compatibles con un
éxito de convocatoria de la huelga del día 22 de mayo, o mejor, que
nadie sepa que si cualquier día de estos convocasen alguno de esos
modelos de protesta tampoco estaría de acuerdo con ellos, sino con otro
distinto que se me ocurriría de forma repentina. Mejor colaboro en hacer
fracasar esta convocatoria y en dejar pasar una oportunidad de
movilización única y con ello me aseguro de que no se convoca ninguna
más. Esta es mi sublime estrategia para luchar por mis derechos, los de
mis compañeros y los de mis alumnos presentes y futuros.
4. No hago huelga porque no estoy de acuerdo con los sindicatos.
Sé perfectamente que la huelga no es a favor o en contra de los
sindicatos, sino contra el recorte de 3.000 millones de euros en el
presupuesto de Educación y las nefastas consecuencias que esto tendrá
tanto para la supervivencia de la Educación Pública como para la calidad
de la enseñanza que reciben los alumnos y para las condiciones
laborales del profesorado –y por tanto las mías propias. Tampoco se me
escapa que decenas de asociaciones de padres y madres, estudiantes,
plataformas en defensa de la escuela pública, asambleas de profesores,
organizaciones sociales, partidos políticos y hasta movimientos
ciudadanos sensiblemente críticos con los sindicatos mayoritarios la
apoyan. Yo aprovecharé la ocasión para expresar mi desacuerdo con los
sindicatos aunque ello suponga otorgar un apoyo tácito a medidas que
afectan negativamente al alumnado, a mis compañeros, al conjunto de la
sociedad y a mí mismo.
5. No hago huelga porque la huelga perjudica a los alumnos.
Aunque soy consciente de que lo que más perjudica a los alumnos
no es la huelga sino los recortes esto siempre queda muy bien decirlo
para parecer más profesional y menos insecto.
Ahora a ver si con un poco de suerte nadie me recuerda que si yo no hago nada por evitarlo mis alumnos el curso que viene estarán hacinados en
grupos tan numerosos que será muy difícil o imposible atenderlos de
forma individualizada. O que tardarán un mínimo de 15 días en tener un
profesor especialista que sustituya al suyo cuando se ponga enfermo
(mientras tanto dice el Ministro que serán atendidos por “personal del
propio centro” es decir, la profesora de Filosofía o el de Historia
“cuidará” a los alumnos de 2º de Bachillerato si el de Física o Inglés
enferman, con lo que perder clase durante dos semanas puede suponer para
su media en las Pruebas de Acceso a la Universidad ).
Como veis no lo hago solamente por no perder el día de sueldo:
yo estoy convencido de que nadie vela mejor por los intereses y la
educación de los alumnos que un profesor que va al instituto un día en
que la mayoría de los estudiantes no acudirá a clase por decisión de sus
familias y/o por estar ejerciendo su derecho a la huelga.
6. Tengo derecho a no hacer huelga.
Tengo derecho a ir a trabajar un día de huelga y voy a
ejercerlo. El curso que viene más de 40.000 de mis propios compañeros no
tendrán derecho a trabajar ningún día porque serán despedidos, o como
se dice ahora “no contratados”. El resto de mi compañeros o yo mismo
puede que también lo seamos cuandoperdamos el estatus de funcionario docente o puede que no cobremos una buena parte de nuestro sueldo si enfermamos,
pero me da igual. Lo prioritario para mí es ejercer mi derecho a
trabajar el único día de huelga que se protesta contra todo esto. O
mejor dicho, mi derecho a vaguear un día en que se que cobraré mi sueldo
íntegro aunque la mayoría de los estudiantes no acudan a clase y me
pase la mañana con las manos en los bolsillos mientras mis compañeros
defienden mis derechos también por mí.
7. Quien me llame esquirol no es un demócrata.
Yo tengo derecho a reventar una huelga, a no secundar una
acción colectiva que defiende los derechos de todos, y que convocan de
forma unitaria todos los colectivos sindicales docentes, de padres,
madres y alumnos. También tengo, faltaría más, derecho a beneficiarme de
todo lo que se consiga con ella del mismo modo que disfruto de los
derechos conquistados con huelgas anteriores, aunque yo no participase
ni estuviese de acuerdo con ellas. Lo contrario sería discriminación.
Además tengo derecho a que nadie me considere un esquirol, ni mucho menos me lo llame aunque lo sea.
La libertad de expresión de los que quieran decir en voz alta que ser un esquirol es ser insolidario, rastrero, egoísta y miserable es
incompatible con la democracia. La libertad de expresión sólo es para
aquellos que sentados en la sala de profesores nos dedicamos a decir que
las huelgas no sirven para nada, que no vamos a secundarlas porque no
nos lo podemos permitir o que a nosotros no nos afectan, aunque nada de
eso sea cierto.
“Judas Iscariote fue un gentleman en comparación con un
esquirol. Al traicionar a su maestro no le faltó el valor para
ahorcarse. Y el esquirol no lo tiene”. Jack London.
http://asambleaiesarturosoria.blogspot.com.es/2012/05/decalogo-del-esquirol-docente.html
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