La fantasía
Van llegando las horas intrépidas de la noche. Esas horas en las que ya no se escucha ruido alguno. Los niños duermen. Los coches cesan su agonía. Los vecinos no patalean sus tiempos de difícil convivencia. Y ahí brota. El tiempo de la fantasía. Ella tiene su ritmo trepidante. Lo llena todo. Hace real a los sentidos cada deseo. La fantasía se engrandece con la respiración profunda de alguien cerca en el lecho. Me hace pensar en viajes espaciales. Ese gran sueño de ver la Tierra desde fuera. Me llena de imágenes plásticas, de óleos. Me impregna de pintura. Son salvajes sus formas. Miradas, palabras, caderas, huesos de cieno. Lo llena todo. Lo impregna por un momento todo. Y uno olvida el tiempo, los llantos de los bebés, las discusiones de los vecinos, olvida incluso las voces o sonrisas. Se torna el instante un torbellino de ilusiones que aprietan el corazón, lo borbotean y lo llenan de vida. Sólo después puede uno volver a amar a cada persona que ama y a su propia vida.
2 comentarios:
Tan hermoso como es costumbre en ti. Tan íntimo y bello. Tan profundo. Me gusta lo que dice y lo que sugiere. Gracias.
Gracias, corazón!!
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