Paz
Es caminar sin atropellos, cabalgar cual equino en el mar sin caídas. Es confiar y ser libre de hacerlo. Es lo que siento dentro cuando escucho tus pasos de fondo. O cuando inspiro el perfume de tu piel en las sábanas de seda. Estás y aunque no estés, estás. Ya no abrasas, ya no ciegas. Por eso estás, por ese candor y ese calor de luz que mueve el latido y la fuerza; sin prisa ni prosa, sin apretar ni ahogar. Simplemente estás como la sonrisa del Buda cuando alcanza el Nirvana.
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