¡Qué bello es en la vida tener cosas que nos aferren a ella!, que nos den un ámbito de realidad, de existencia más allá de los cambios. Buscamos inestabilidad y estabilidad. ¡Qué bello es tener ambas cosas a un tiempo! La vida adquiere su tono de verdad convirtiéndose en lo que compone y seduce al ser humano.
Seduzcámonos con vidas y actuaciones humanas.
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