Estrellas gigantes azules
De repente aparecen. Son como luces de colores que dan forma a la oscuridad. O como gasas para curar heridas abiertas. Cuando alguien comienza a aprender a llorar su dolor y parece no tener más fuerzas para afrontar las emociones, llegan incandescentes. Parecen estrellas gigantes azules que viajan el universo aterrando agujeros negros. Llegan como pañuelo de lágrimas, como cuidado paliativo, como generoso alarde de promesa de felicidad. Cuando se acercan, viniendo desde allá en el horizonte, van cogiendo forma. No eran estrellas solamente. Su disfraz acaba tomando el verdadero color de la carne humana. Son personas. Esas personas bondadosas que hacen que creamos en el género humano.
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