Cuando hablamos de Dita Indah Sari en un día como hoy nos referimos al día en el que en 1999 se le otorgó la libertad. Curioso término que no sabemos apreciar hasta el momento en que la perdemos. Ella, durante la dictadura de Suharto en Indonesia, fue encarcelada y condenada a muerte por ser capturada en una manifestación pacifista por la defensa de los derechos de los trabajadores en 1996. Acusada de sedición -ni más ni menos-, se convirtió en un icono de las luchas pacifistas por los Derechos Humanos, así como de los extremos a los que puede llegar un gobierno dictatorial.
Y si no era poca la claridad de ideas que mostraba Dita Indah Sari, demostró la coherencia de las mismas cuando rechazó los 50000 $ que le otorgó Reebok como premio por luchar por los Derechos Humanos, alegando que el respeto a los mismos por parte de la compañía era bastante dudoso.
Un ejemplo ético de comportamiento al que hoy hemos querido aquí hacer un homenaje.
Y si no era poca la claridad de ideas que mostraba Dita Indah Sari, demostró la coherencia de las mismas cuando rechazó los 50000 $ que le otorgó Reebok como premio por luchar por los Derechos Humanos, alegando que el respeto a los mismos por parte de la compañía era bastante dudoso.
Un ejemplo ético de comportamiento al que hoy hemos querido aquí hacer un homenaje.
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