Praga, ciudad de tanta cultura. De Praga siempre recordamos los escritores Franz Kafka o Milan Kundera, que tantas horas de sueños nos han adornado. También el pintor Alphonse Maria Mucha.
Pero, ya lo dice el reloj, entre la edad adulta y la muerte, están la identidad y la música -fíjense en los muñecos que dan las horas en la parte de arriba-.
Eso a mí me lleva a reflexionar desde la condición femenina. Y de nuevo, en Praga, al menos una importante mujer olvidada. Milena Jesenská, comúnmente conocida como la amante platónica de Kafka. Y a la que dedica las cartas de amor más intensas que puedan leerse en el escritor.
Pero ella fue más que admiradora e interlocutora del escritor. Fue una gran periodista. ¿Gran periodista? Dejemos incluso tal tarea suya, porque lo más importante es que vivió su biografía atravesada por una condición de rebeldía y revolución. Como periodista, comienza a apoyar la ideología comunista. Y, desencantada de la misma en la aplicación del caso ruso, acaba por dar un apoyo moral a los refugiados judíos alemanes que habían escapado del régimen nazi. Así, sin ser judía, se introduce en la lucha contra los nazis, paseándose por las calles de su ciudad con una estrella de David en el pecho. Fue detenida y encerrada en un campo de concentración, donde murió en 1944.
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