¿Literatura vs. Filosofía? ¿Tragedia vs. Razón?
¡Venga ya, señor Nietzsche!
¡Venga ya, señor Nietzsche!
Nietzsche realizaba, en su ya clásica obra El nacimiento de la tragedia, una crítica a la filosofía occidental en el sentido de que había tratado de seguir el camino de las Ideas -que se comienza a plantear con Sócrates, para tener su culmen en Platón-, olvidándose toda aquella parte de la cultura griega que tenía que ver con Dionisio y con la tragedia.
Quizás el ámbito de la sombra había quedado para la literatura, y no para la filosofía, desde el día en que Platón se atrevió erróneamente a expulsar a los poetas de la República.
Literatura y filosofía se alejan a través de una sima que nunca ha podido ser superada en la historia de nuestra cultura. Así, la literatura ha quedado como forma de la expresión de lo sombrío, y la filosofía como forma de expresión de lo luminoso. Siendo condición necesaria habitar la sombra para escribir literariamente -de ahí el concepto generalizado del escritor atormentado-, y habitar la luz, o la iluminación o el desvelo para escribir filosofía.
La literatura, en su historia, ha sido el recorrido que va desde la tragedia griega, pasando por el drama barroco, hasta el drama del Romanticismo. Ciegos incluso han sido los poetas, porque no necesitaban, según el concepto cultural, de la luz para construir palabra.
La filosofía, en su historia, ha sido el recorrido que va desde las ideas platónicas, pasando por el A priori de Kant a la fragmentación iluminada del sujeto de la razón postmoderna.
Sin embargo, ya lo hizo ver la reflexión de la bienamada María Zambrano, literatura y filosofía siempre hubieran debido caminar de la mano, ya que toda luz crea una sombra, y toda sombra existe porque hay un punto de luz proyectado.
Ahora bien, ¿qué hubiera ocurrido si Nietzsche, en su crítica a la filosofía occidental, hubiese escrito tal reflexión en el siglo de la globalización? ¿Qué hubiera sucedido si Nietzsche hubiese conocido la filosofía oriental? ¿Qué habría escrito de saber que existe una cultura que parte de la inexistencia del concepto de tragedia ni drama?
Quizás cabría realizar una representación del teatro Kabuki japonés sobre la tumba del filósofo, para ver si levanta la cabeza y continúa un pensamiento que, a día de hoy, nos parece insuficiente.
¿Cómo pensar la relación literatura y filosofía desde la ausencia del binomio luz y sombra?
La literatura, en su historia, ha sido el recorrido que va desde la tragedia griega, pasando por el drama barroco, hasta el drama del Romanticismo. Ciegos incluso han sido los poetas, porque no necesitaban, según el concepto cultural, de la luz para construir palabra.
La filosofía, en su historia, ha sido el recorrido que va desde las ideas platónicas, pasando por el A priori de Kant a la fragmentación iluminada del sujeto de la razón postmoderna.
Sin embargo, ya lo hizo ver la reflexión de la bienamada María Zambrano, literatura y filosofía siempre hubieran debido caminar de la mano, ya que toda luz crea una sombra, y toda sombra existe porque hay un punto de luz proyectado.
Ahora bien, ¿qué hubiera ocurrido si Nietzsche, en su crítica a la filosofía occidental, hubiese escrito tal reflexión en el siglo de la globalización? ¿Qué hubiera sucedido si Nietzsche hubiese conocido la filosofía oriental? ¿Qué habría escrito de saber que existe una cultura que parte de la inexistencia del concepto de tragedia ni drama?
Quizás cabría realizar una representación del teatro Kabuki japonés sobre la tumba del filósofo, para ver si levanta la cabeza y continúa un pensamiento que, a día de hoy, nos parece insuficiente.
¿Cómo pensar la relación literatura y filosofía desde la ausencia del binomio luz y sombra?
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