Minerva
Ahí vives. Como bella medalla de luna en rostro. No olvidas el perfume de los brazos. Cuando la fuerza te arrulla de pasión. Recuerdas óseamente un latido. Porque creciste siendo mariposa azul.
Un día te explicaste que aquéllos que no aman a un bebé por encima de sí mismos, no son capaces de ningún amor.
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