4 jun 2010

Las siete virtudes de la ética samurai


Las siete virtudes de la ética samurai (bushidō) (fuente: Wikipedia):

義 - Gi - Rectitud (decisiones correctas). Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

勇 - Yuu - Coraje. Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

仁 - Jin - Benevolencia. El samurái tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

礼 - Rei - Respeto. Los samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales.

誠 - Makoto - Honestidad, Sinceridad absoluta. Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. Hablar y hacer son la misma acción.

名誉「名譽」 - Meiyo - Honor. El samurái solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. No puede ocultarse de sí mismo.

忠 - Chuu - Lealtad. Haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.

3 comentarios:

Ana Cuéllar dijo...

Algunos comentarios de Mirumoto Jinto, Rikugunshokan del Clan del Dragón, sobre el código de Bushido:

Sobre el valor:

El camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez.

Sobre la lealtad:

Un perro sin amo vagabundea libre. El halcón de un Daimyo (Señor Feudal) vuela más alto.

Solo hay una lealtad superior a la del samurai hacia su Daimyo: la del Daimyo hacia sus súbditos.

Sobre el Respeto:

Un alma sin respeto es una morada en ruinas. Debe ser demolida para construir una nueva.

Sobre la Excelencia:

La perfección es una montaña inescalable que debe ser escalada a diario.

Sobre la Venganza:

La ofensa es como un buen haiku (Breve poema japonés de tres versos): puede ignorarse, desconocerse, perdonarse o borrarse, pero nunca puede ser olvidada.

Sobre la Espada:

Mi hoja es mi alma. Mi alma pertenece a mi Daimyo. Ultrajar mi hoja es afrentar a mi Daimyo.

Sobre el Honor:

La muerte no es eterna; el deshonor, sí.

Sobre la Muerte:

El samurai nace para morir. La muerte, pues, no es una maldición a evitar, sino el fin natural de toda vida.



El Credo del Samurai

No tengo parientes, Yo hago que la Tierra y el Cielo lo sean.

No tengo hogar, Yo hago que el Tan T'ien lo sea.

No tengo poder divino, Yo hago de la honestidad mi poder divino.

No tengo medios, Yo hago mis medios de la docilidad.

No tengo poder mágico, Yo hago de mi personalidad mi poder mágico.

No tengo cuerpo, Yo hago del estoicismo mi cuerpo.

No tengo ojos, Yo hago del relámpago mis ojos.

No tengo oídos, Yo hago de mi sensibilidad mis oídos.

No tengo extremidades, Yo hago de la rapidez mis extremidades.

No tengo leyes, Yo hago de mi auto-defensa mis leyes.

No tengo estrategia, Yo hago de lo correcto para matar y de lo correcto para restituir la vida mi estrategia.

No tengo ideas, Yo hago de tomar la oportunidad de antemano mis ideas.

No tengo milagros, Yo hago de las leyes correctas mis milagros.

No tengo principios, Yo hago de la adaptabilidad a todas las circunstancias mis principios.

No tengo tácticas, Yo hago del vacío y la plenitud mis tácticas.

No tengo talento, Yo hago que mi astucia sea mi talento.

No tengo amigos, Yo hago de mi mente mi amiga.

No tengo enemigos, Yo hago del descuido mi enemigo.

No tengo armadura, Yo hago de la benevolencia mi armadura.

No tengo castillo, Yo hago de mi mente inamovible mi castillo.

No tengo espada, Yo hago de mi No mente mi espada.

Ana

NSN dijo...

Gracias, Ana, por la ampliación. Estoy fascinada con la ética samurai. Sólamente hay algo que no me gusta. El momento en el que el samurai que yerra acaba con su vida. En ese sentido, me fascina más el luteranismo. El individuo debe saber aceptar la derrota, asumirla como parte de su vida, asumir la responsabilidad de los actos derrotados -y no derrotados, evidentemente-, y buscar formas de continuar y mejorar. Besos.

Ana Cuéllar dijo...

De la ética samurai me gusta, el transfondo filosófico, del arte marcial. El guerro espiritual. Y me quedo con el octuble sendero.
Besos,
Ana