13 sept 2010

Fragmentos digeridos VII


La Noche en Blanco

El sueño del arte es la democratización del mismo. Bella idea la de que una sociedad pueda educarse acompañada del arte. Éste es el reino de la imaginación, la libertad, la utopía, y ha sido el lugar desde el que se han pensado, y en el que se han reflejado los grandes cambios en el ámbito de la polis.
Éste es el principio motor de la Noche en Blanco. Compartir al abierto, en el espacio del agora, la festividad en torno al arte para hacerlo un laboratorio de pensamiento social.
Museos transitables, arte en la plaza, caminos compartidos recorridos de espacio a espacio.
Sin embargo -siempre hay una adversativa en la vida-, lo que es su fin inicial, o al menos su objetivo, acaba ensombrecido por el fin generalizado de festejar por festejar, sin conocer bien lo que sea.
Acto comparable, en tanto que la Noche en Blanco tiene su fin social y político, al hacer huelga sin conocer razones, o a dar el voto sin haber leído los preceptos de un partido político.
Cada día se hace más evidente la decadencia de los valores originarios de la democracia. Quizás ése sea el malestar de la Europa del siglo XXI.

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