Color Magenta
La felicidad no es un estado mental, sino fisiológico. Es ese hilo invisible, quizás color magenta, que une las ideas y el corazón cuando se ama. Esa urdimbre de nervios que transmite una emoción poderosa e intensa a toda la piel. Poderosa, porque por ella se es capaz de cambiar el rumbo de la vida, e intensa porque lo llena todo, dando sentido a cada paso. Si fuese música, sería viento metal. Esa felicidad es la que brinda, por ejemplo, el feto que responde con golpecitos a golpecitos a través de la barriga.
Si se ama además con deseo, el hilo invisible color magenta une las ideas, el corazón y el sexo. Y entonces los ríos se tornan ese delta desbordado. Allí donde cantan las aves a la danza de las escasas, verdaderas y nutritivas palabras.
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