Vuelve el reloj. Regresa el tiempo. Con parecidas alegrías, con sus mismas preocupaciones. Qué agotador y hermoso a un tiempo lo cotidiano. Agotador porque estanca el anhelo de curiosidades. Hermoso ya que nos aproxima al ser de las cosas, porque sólo en su ritmo se hace fehaciente la verdad de lo que somos, con sus felicidades, con sus tristezas, con sus sueños. Y por eso ya siento que en un mes os voy a echar muchísimo de menos, mis niños.
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