2 oct 2014

Fragmentos mamíferos XLII


Paz

En casa, desde casa. Ahí fuera luchan relámpagos por abrirse camino de cielo. No saben que existe camino posible sin tormenta. Quizás no conocen lo que ahora anida en mi corazón. Esa paz tras hacer Tai Chi. Esas cosquillas cuando tu maestra te narra que tu forma es bella, única, tiene estilo propio y que has alcanzado a comprender lo que pocos alcanzan a tocar: la esencia del arte marcial, el movimiento meditativo y armónico. Y en ese momento de paz, justo en ese, es indiferente al corazón hasta la propia vida. No lucha por sobrevivir ni por irse. Simplemente está.

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