12 abr 2011

Fragmentos luminosos XXV


De la ausencia y la presencia

No se equivoquen, en la vida las negativas en rotundo también enseñan. Quizás el máximo aprendizaje que aporta la negación es la afirmación. Es más, cuanto más absoluta es la negación, más extremo es el aprendizaje de la afirmación.
¿No se han preguntado nunca cómo es posible que del aire desértico que se instala en el corazón cuando lo programado no acaece, o lo deseado no acontece, surja, con el tiempo, un jardín de especies híbridas, nuevas e incluso más bellas de lo pensado?
El instante mismo del NO hace que la percepción del sujeto sea similar a la sensación fatalista de que el mundo está por acabar. Sin embargo, el impulso básico innato al ser humano es la supervivencia en la materia. Así, el camino se modifica, y, de la nada, surge un nuevo ser o estar en el mundo.
El camino del NO al SÍ es directo, ya que el ser humano es físico y no puede habitar en la nada -excepto en el caso de la muerte propia-. Propiedad que no es conmutativa, ya que el camino del SÍ al NO es posible y probable, pero no seguro. Es más, cuando se recorre un camino del SÍ al NO, inmediatamente comenzamos el paso a un nuevo sendero del NO al SÍ.

4 comentarios:

Julia Gallego i Pérez dijo...

Parece irónico pero lo cierto es que en muchas ocasiones recibir un no nos abre puertas, tal vez incluso más que un sí de primeras. Lo bello es el camino o la lucha del no al sí.

Maxi dijo...

Por eso en cada NO, nos convertimos en otros. Cada NO nos expulsa a un universo paralelo de otros caminos necesariamente positivos. Ya no somos los que podríamos haber sido, sino los modestos camino del SI que hemos recorrido, a los que llegamos dando tumbos desde los rechazos. Además tenemos de aliada a la memoria, que nos autoafirma como que somos inexorable y exclusivamente lo que hemos sido.
¿Será esto una rama de la metafísica?

Maxi

NSN dijo...

Katanita, nacemos sin tener nada más que cuerpo. Todo lo demás lo vamos adquiriendo. Algunas cosas se pierden. Otras no. Pero en el fondo no somos más que una gran cantidad de Síes. Lo importante es saber apreciar esos síes y no los noes que podrían haber sido...

NSN dijo...

Papi, este fragmento es pura metafísica material. Sólo se entiende que somos los síes que han sucedido cuando pasa el tiempo en la biografía del sujeto. Entonces es cuando por fin se entiende cómo encajar el deseo y el NO. Entonces es cuando se comienza a desear sin importar la consecución del deseo. En ese camino del deseo transcurre el día a día.