14 may 2011

Por una democracia real YA



Algunos analistas de estadísticas políticas explican el hecho de que exista cada vez un mayor número de gente en este país que no acude a votar el día de las elecciones, haciendo referencia a que la población joven no tiene conciencia política. Algunos quedan discretamente ahí, otros ahondan todavía más explicando tal hecho porque los jóvenes no han vivido en un ambiente de dificultades políticas, por lo que no les interesa tal cuestión.
Y considero que todos ellos están equivocados. ¿Cómo no va a interesar a una persona cómo se gestionan sus impuestos, las construcciones públicas que se hacen en su ciudad o las prestaciones sociales?
El problema de fondo es que el referente político que tienen las generaciones que han vivido la represión en este país es diferente del que tienen las jóvenes generaciones, pero tal hecho no se acepta. No es necesario vivir la represión para amar una democracia cualquiera, porque no todas las democracias son válidas, en el sentido de que algunas dicen ser democráticas, pero no lo son. Cuando yo estuve viviendo en el Yemen en septiembre 2006, pude observar lo que son unas elecciones llamadas democráticas, en las que con un pequeño paseo uno podía ver que estaban votando hasta los niños, y en las que, evidentemente, ganó el antiguo líder con el 80% de los votos. Ya, no vamos a comparar nuestro país con uno como Yemen, pero tampoco vamos a compararlo con uno mucho más inmensamente democrático, como puede ser Suiza.
La democracia de nuestro país es una democracia en la que, para empezar, como se rige por la ley D’Hont el recuento, y como el voto es regional, siempre acaban ganando dos únicos partidos con una fuerza política grande (PSOE o PP), a los que se suman una serie de partidos anclados en una región concreta (PNV, CiU…), que adquieren más poder en el gobierno central que partidos que tienen el triple de votos repartidos por el resto de regiones (IU). Es decir, hagamos lo que hagamos, a fin de cuentas sólo cabe saber que nos gobernará el PSOE o el PP y una serie de partidos nacionalistas con los que pactarán si no obtienen mayoría absoluta. Bien, para eso ¿es necesario ir a votar? Que se turnen simplemente como lo están haciendo, porque el voto ciudadano no tiene representación en el gobierno central, dado que partidos con más votos que los regionales no tienen tanta representación en el poder. ¿Es esto una democracia real?
Por otro lado, una vez que gana un partido político u otro, hasta los siguientes cuatro años el ciudadano es tratado como un ignorante. Nosotros votamos, damos nuestra fe a los papás políticos, y no tenemos más voz hasta las próximas elecciones. ¿No sería más razonable que se nos preguntase sobre cada decisión importante a través del Referéndum, que para eso está catalogado como forma de actuación democrática, y que podría gestionarse a través de una plataforma de internet con la firma digital? Fíjense en Suiza, los ciudadanos cada semana votan en varias ocasiones sobre decisiones de su país, de su región y de su ciudad. ¿No creen que si se pregunta la opinión se reduciría el escepticismo ciudadano, es decir, el pensamiento “para qué voy a ir a votar, si gane quien gane va a hacer lo que le dé la gana”?
Díganme, ¿es esto una democracia real? ¿Somos los jóvenes irracionalmente apolíticos?
Créanme, una mujer soltera de 30 años, albaceteña de origen y mediterránea de adopción, incluso aunque estuviese convaleciente está inmensamente preocupada por la política, es más, tiene claras una serie de ideas democráticas que no va a negociar de ninguna forma por democracias menores. Como ella, tantos otros ciudadanos que no irán a votar ni en las próximas elecciones, ni en las sucesivas, y que lo único que harán es pasar por allí si son nombrados miembros de alguna mesa electoral por obligación ciudadana.
Democracia real en este país YA.

2 comentarios:

Julia Gallego i Pérez dijo...

Comparto todo lo que dices, desde luego que no, no tenemos una democracia real y si la gente no hace algo, si no nos movilizamos, tampoco llegaremos a tenerla nunca, en este país siempre seguiremos siendo víctimas del bipartidismo. Pero eso sí, un proyecto de mujer de 17 años, ilicitana de origen y a la que le queda un año para poder participar en las elecciones también está inmensamente preocupada por la política.

NSN dijo...

Así me gusta, Katanita, que seas un proyecto de mujer tan prometedora y con tanta fuerza y las ideas tan claras.