Mamá
Hay algo mágico en los niños. Consiguen alcanzar a extraer de los adultos los mejores sentimientos. El amor más cálido, que no abrasa. La capacidad de juego. El regreso a la sonrisa inocente. Hay algo hermoso en veros, Minerva, mamá. Hay algo muy bello en verte, madre, saltar de nuevo a la comba, a tus cincuenta y tantos, cantando esas canciones de tu época. Y ver tus ojos tan brillantes. Tu risa traviesa. Y recordar quizás no de forma consciente, pero sí desde la memoria sensitiva, todas las veces que has jugado también a saltar a la comba con mi hermana y conmigo. Gracias de corazón. Te quiero con toda mi alma.
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