Hasta el 30 de enero 2011 puede ser visitado en Roma, en la sala de exposiciones del Claustro de Bramante, el recorrido por la pintura veneta I grandi veneti. Con obras escogidas de la Accademia de Carrara -actualmente en reformas-, el viajero curioso puede hacerse una idea sensitiva del peso del arte en la región del Veneto desde los siglos XV al XVIII, es decir, desde Bellini a Canaletto. Pisanello, Vivarini, Carpaccio, Tiziano, Lotto, Tintoretto, Palma, Veronese, Bassano, Tiepolo, Padovanino...
De especial interés son, para esta subjetiva observadora, las obras que van desde el siglo XV hasta finales del XVI. Gracias a la afortunada idea de no poner sensores de cercanía en las obras de arte, se puede llegar a sentir, a tan sólo 50 cm. de cada pintura -¡La Madonna col Bambino de 1476 de Bellini a tan sólo 50 cm.!, ese centro en el que confluían las reflexiones de la pintura flamenca, la italiana y la procedente de Constantinopla. Allí llegaban los barcos, cargados de exóticas miradas, circunnavegando los canales de Venezia. ¡Uau! ¡Mehmet II y los viajeros del paraíso paisajístico!
Si a ello le suman el diálogo de la exposición con el mismo Claustro de Bramante y con las Sibilas de Rafaello de Santa Maria della Pace -a la que se accede desde el propio claustro-, tendrán la base del futuro arquitectónico sobre el que construir el jardín de sus curiosidades.
De especial interés son, para esta subjetiva observadora, las obras que van desde el siglo XV hasta finales del XVI. Gracias a la afortunada idea de no poner sensores de cercanía en las obras de arte, se puede llegar a sentir, a tan sólo 50 cm. de cada pintura -¡La Madonna col Bambino de 1476 de Bellini a tan sólo 50 cm.!, ese centro en el que confluían las reflexiones de la pintura flamenca, la italiana y la procedente de Constantinopla. Allí llegaban los barcos, cargados de exóticas miradas, circunnavegando los canales de Venezia. ¡Uau! ¡Mehmet II y los viajeros del paraíso paisajístico!
Si a ello le suman el diálogo de la exposición con el mismo Claustro de Bramante y con las Sibilas de Rafaello de Santa Maria della Pace -a la que se accede desde el propio claustro-, tendrán la base del futuro arquitectónico sobre el que construir el jardín de sus curiosidades.
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