28 dic 2010

Fragmentos digeridos LXXII

Iglesia de San Clemente. Roma

Roma

Ciudad para corazones extasiados. Ciudad intensa, impávida, impertérrita. Ciudad conmovible e inamovible. Ciudad en la que caer desmayado. Ciudad de dulzura sostenida. La dulzura sostenida de la fragilidad de navegar a ciegas su seno. Cuando no queda más que vivir el recuerdo. En ella pasa la biografía como pasó la Historia. Dejando restos, trazos, siendo fragmento. Vituperando la melancolía y el zénit del placer a un tiempo. ¡Oh, Roma! Regresarte es vivir la verdad humana que narraba Mimi Cropoetisa Ajo: la cabeza busca algo. El corazón lo encuentra todo.

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