Los magos
El padre y la madre fueron siempre magos. Cualquier sueño que tuvieses con ellos acababa por cumplirse. Es más, aparecían como salidos de la nada en el momento inesperado, cargados de luz, música, regalos, entregas, respeto, libertades, valores. Como cuando llega el circo a la ciudad y, entre bambolinas, comienzan a desfilar los animales exóticos, las risas de los payasos, los altos riesgos, las bellas figuras de plastilina humana. Como una utopía en el espacio real o la posibilidad de jardines felices en lo cotidiano. Nacer, entonces, es recorrer un camino de vida en el que uno sabe que se puede vivir de facto generosamente el deseo y la entrega. Sólo hay una condición, cabe buscar bien con quién. Los magos no se encuentran cara a vista.
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