Tiempos romanos
El tiempo es insuficiente. Vivimos precipitadamente deseando empaparnos de todo. El día llegó con aquel rayo de luz. Los ojos se abren ávidos de experiencia. "Es hora de absorber la mañana a bocanadas". Y corren las horas. Tratamos de obviar la paradoja de Zenón: nos creemos aquel Aquiles que alcanzará a la tortuga. El tiempo es lento e insuficiente. La noche llegó con aquel último rayo de luz. Forzamos los párpados. "Que no cedan al cansancio. Es hora de absorber la noche en ósmosis". No importa el frío gélido. Vivimos precipitadamente empapándonos de todo. El cuerpo expirándose a cada paso. Por fortuna en Roma anochece tan pronto como amanece.
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