Estornino incendiado
Elecciones conscientes me vuelan. Me arrastran como torrentes de soda. Es gesto espásmico el que entre sus burbujas danza. Me llevan sin apenas recorrer un cielo. Luchan desafiando a la vida en cada instante decisivo. Me arrastran, sí, esta razón decidida. Elecciones que nacieron de un pacto autobiográfico frente a un espejo quebrado por la violencia de la mano de un Pistoletto en la Bienal de Venezia. Me observé bombardeando esquinas punzantes. El camino a ti no tiene rasguños que te arañen. A partir del instante en que uno decide, es irracional el sendero que conduce ante lo pactado.
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El pajarito enjaulado se escapó un día del ábside de la basílica de San Clemente. Volaba lejos, al este del oeste. Incendió sus alas en deseo. Viajaba dentro de su jaula. Los barrotes eran vivos y rojos. Llegaba al fin el día de posarse en una palmera.
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