Ayer tuvimos la suerte de poder disfrutar en directo al intérprete y compositor Vestard Shimkus en la Real Academia de España en Roma. La vida nos abre a veces a descubrimientos insólitos que marcan un aquél o un éste o un ése. Vestard, de apenas 25 años, nos hizo vibrar con las cuatro primero baladas de Chopin. No se puede comprender el Romanticismo sin saltar de una silla preso de la emoción, ni tampoco sin apasionarse por el exotismo que da Oriente -Rapsodia española de Liszt- o sin quebrar la clásica forma de la Sonata con tonalidades y tensiones que al final se resuelven con la irresolución de una fuga que nos lleva a la atracción del abismo, a la oscuridad que hay más allá de las nubes del viajero de Caspar David Friedrich -Piano Sonata nº 29 "Hammerkavier" de Beethoven.
Ganador del 55 Concurso Internacional de Múscia Maria Canalls de Barcelona, entre otros, formado con Daniel Pollack, Dimitri Bashkirov, Claudio Martínez y Vadim Suchanov, este compositor e intérprete nos nos volverá a hacer vibrar a más de uno en la panorámica de la música clásica. Y A CADA MOMENTO SE HARÁ EL SILENCIO.
3 comentarios:
La música es la vida,cierta música no todas, (pues hay otras que son de no vida, de muerte) como bien reflejas en esta entrada. Esta es la música que nos moviliza, que nos anima, que nos da luz a nuestra oscuridad y nos empuja a que enfrentemos el abismo que es el límite de los cobardes,amantes de la oscuridad y del abismo, en el que se recrean y viven "felizmente".
Ana, siempre magníficas tus palabras. Besos y recuerdos romanos.
Vestard es un gran pianista... lo conocí hace unos meses y es increible!
en diciembre vuelve a Barcelona
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