De fenómeno y ser
La Historia de la Filosofía podría reducirse al debate entre la fenomenología y la ontología, con sus grises intermedios. Todo puede pensarse en término de sensaciones, en términos esenciales o en ambos términos con dosis diferenciadas cual fórmulas de alquimia.
Un gran reto es aplicarlo al concepto de "suceder", para saber cómo interpretar luminosamente los hitos de la biografía.
Quizás sea comparable el suceder azaroso con la ontología. Su condición de no programado ni racionalizado hace sentir fenomenológicamente que el tiempo ha dejado una huella ontológica sobre un hecho en la vida. El suceder azaroso debe perdurar sin racionalización para convertirse en esencial, es decir, en amado, y por tanto amable -digno de ser amado-.
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