La catedral mutante
El regreso a casa soñó con ser incierto. Cual Odiseo habitamos otra vez aquella cama. Verbo de agua que es torrente. La piel extraña la cal.
Toda ciudad habita un río. Del Tevere al Vinalopó existe tan solo un veloz instante. Santa María sopra Elche es ahora un monstruo. Mutó y crecieron en su corazón nuevos jardines. Otra carne camina. Otras ideas. Somos urbanismo inédito, poblado de voraz arquitectura. En un espacio podemos crear tantas posibilidades... Caminamos en la cotidianeidad sin apenas percatarnos de ello. La distancia nos hace cambiar la mirada. Sobreviven a ella tan sólo los que se instalaron en el centro de un corazón libre y enjaulado.
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